Laudatio DHC, Muhammad Yunus. «El banquero de los pobres»

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Autor
jpedroso

Laudatio DHC, Muhammad Yunus

«El banquero de los pobres»


Ana Fernández Laviada
Prof. Universidad de Cantabria

Muhammad Yunus, Premio Nobel de la Paz en 2006 y Premio Príncipe de Asturias de la Concordia en 1998, ha sido investido Doctor Honoris Causa por la Universidad Internacional Menéndez Pelayo.
Con ocasión de este merecido homenaje, la profesora de la Universidad de Cantabria y Directora Ejecutiva del observatorio de emprendimiento GEM España, Ana Fernández, ha pronunciado ante los asistentes al acto la laudatio que transcribimos a continuación.


Rectores Magníficos de las Universidades Internacional Menéndez Pelayo y Cantabria, Vicerrectores, Decanos, Directores, Autoridades, Profesores, Estudiantes, Señoras y Señores, Profesor Yunus

Era primavera de 2015 cuando mi amiga y compañera Alicia de la Universidad de Murcia me habló por primera vez del encuentro académico que el Profesor Yunus organiza cada año en noviembre, desde hace casi una década.

Ese año era en Paris, y decidimos ir juntas para vivir lo que sin duda alguna fue una experiencia clave en mi vida.

En ese momento todavía no lo sabía, pero conocer en persona al Profesor Yunus, su trayectoria, su labor y su increíble legado me hizo reflexionar profundamente.

Soy profesora de la Facultad de CCEE y Empresariales de la Universidad de Cantabria, donde llevo casi 20 años dedicada con total devoción y entrega a la docencia e investigación. Siempre me ha gustado el contacto con los estudiantes y saber que de algún modo puedes influir en su devenir. Ayudarles a crecer y a encontrar su camino. Durante los años que estuve en el Decanato pude ver más de cerca, si cabe, la falta de motivación e interés que en muchos casos padecían nuestros estudiantes, inmersos en esos años en una de las crisis más profundas que hemos vivido, o al menos que yo he vivido.

Siempre que puedo les hago ver la suerte que tienen y tenemos por haber nacido en un país como el nuestro, en momento como el actual, pero parece que no es suficiente con decírselo. Por eso desde que tuve la oportunidad y el lujo de conocer la labor de Yunus, supe que aquí estaba la solución.

Primero permítanme que les tutée a partir de ahora, porque creo que la cercanía, como la sencillez y humildad, que precisamente caracteriza a nuestro Doctor Honoris Causa, favorece la comunicación y empatía.

Y por eso, dejadme que empiece por hacer un brevísimo repaso del extenso curriculum del Profesor.

Yunus es el padre de los negocios sociales y el microcrédito, el fundador de Grameen Bank y de más de 50 empresas sociales en Bangladesh.

Reconocido en 2012 como "uno de los mejores empresarios de nuestro tiempo" ha recibido más de 55 títulos honorarios de universidades de 20 países y más de 100 premios de una treintena de países.

En 2006, el profesor Yunus y el Grameen Bank recibieron conjuntamente el Premio Nobel de la Paz. Probablemente uno de sus méritos más conocidos por el público en general. Pero desde luego no el único.

Es uno de los siete individuos que han recibido el Premio Nobel de la Paz, la Medalla Presidencial de la Libertad y la Medalla de Oro del Congreso de los Estados Unidos.

Desde finales de los años 80 viene acumulando numerosos premios, entre otros el Premio Príncipe de Asturias de Concordia (1998), el Premio de la Paz de Sydney (1998) y el Premio de la Paz de Seúl (2006).

En Bangladesh obtuvo el Premio del Presidente en 1978 por introducir una organización innovadora en la agricultura. Fue galardonado con el Premio del Día de la Independencia en 1987, premio nacional civil de mayor rango en Bangladesh, por su destacada contribución al desarrollo rural.

El profesor Yunus fue elegido por la Wharton School of Business como una de las "25 personas de negocios más influyentes de los últimos 25 años". Asia Week (Hong Kong) lo seleccionó como uno de los "Veinte grandes asiáticos (1975-1995)". Ananda Bazaar Patrika (India) seleccionó al Profesor Yunus como uno de los "Diez grandes bengalíes del siglo (1900-1999)".

En 2006, la revista Time clasificó al Profesor Yunus en “60 años de héroes asiáticos” como uno de los 12 principales líderes empresariales. En 2008, en una encuesta online, fue elegido como la segunda persona intelectual más importante del mundo en la lista de los 100 principales intelectuales públicos por la revista Prospect (Reino Unido) y la Política exterior (Estados Unidos).

En 2010, The New Statesman (Reino Unido) lo catalogó como uno de los "50 personajes más influyentes del mundo". Financial Times eligió al profesor Muhammed Yunus como uno de los seis pioneros de las finanzas. Ha aparecido en la portada de las principales publicaciones económicas, como Time Magazine, Newsweek y Forbes Magazine.

En definitiva, el profesor Yunus es un “grande” y con mayúsculas y, sin embargo, en unos minutos tendréis la oportunidad de escucharlo y descubrir a una de las personas más sencillas, cercanas y humildes que he tenido la suerte y el placer de conocer.

Vamos a conocer un poco más de su historia. Destacando lo que personalmente a mí más me impresiona.

En el año en el que tuve la suerte de nacer, en 1974, se dio cuenta de lo difícil que era enseñar teoría económica en las aulas universitarias en un contexto de máxima pobreza y hambruna como la que padecía Bangladesh en aquel momento.

Quería hacer algo YA para ayudar a la gente que le rodeaba -aunque fuera sólo a una persona- para ayudarle a superar un día más con un poco menos de dificultad. Así descubrió la tremenda odisea que tenían que padecer las personas pobres para conseguir hasta las más insignificante cantidad de dinero con el que ganarse la vida o sobrevivir.

Se asombró al conocer a una mujer de un pueblo cercano donde impartía sus lecciones magistrales que tomaba prestado menos de un dólar del prestamista local a condición de que éste se quedase con el derecho en exclusiva a comprar todo lo que ella produjera (pequeños cestos de mimbre) al precio que él decidiera. Claramente una forma de esclavitud.

Allí fue cuando decidió hacer una lista de las víctimas de aquel “negocio” de préstamos. Al acabar tenía un total de 42 nombres, 42 víctimas que habían contraído préstamos por un volumen total de 27 dólares estadounidenses. Si, habéis entendido bien, 27 dólares aunque fuera hace 44 años.

Fue entonces cuando decidió poner de su bolsillo esos 27 dólares para sacar a aquellas personas de la trampa de sus prestamistas. Lo que esa pequeña acción supuso en el pueblo hizo que se implicara mas.

Lo primero que hizo fue intentar persuadir a la única entidad bancaria que tenía sucursal en el campus de que prestara dinero a las personas pobres. Pero aquello no funcionó: “los pobres no son solventes” fue su respuesta al planteamiento. Después de muchos intentos fallidos durante meses, se ofreció a convertirse en avalista de los préstamos que la entidad realizara a pobres. El resultado fue increíble. Las personas pobres pagaban y devolvían siempre sus préstamos puntualmente… Pero aún seguía encontrando dificultades para expandir el programa a través de los bancos existentes. Fue entonces cuando decidió crear un banco para las personas pobres y, pocos años después, la idea se hizo finalmente realidad. Así nació el Banco Grameen (es decir, Banco “rural” o “de los pueblos”).

Después con los años Grameen pasó de ser un banco a varias empresas, cada una dedicada a servir a las comunidades rurales pobres de Bangladesh y cada una creada con la intención específica de reinvertir todos los beneficios para beneficiar a los pobres. Estas fueron las primeras empresas sociales.

Desde sus orígenes en 1976, el Banco Grameen ha crecido para ofrecer préstamos sin garantía a 7,5 millones de clientes en más de 80.000 aldeas en Bangladesh y el 97% de las cuales son mujeres.

En las últimas dos décadas, el Banco Grameen ha prestado más de 6,5 mil millones de dólares a los más pobres de los pobres, mientras mantiene una tasa de reembolso sistemáticamente superior al 98%. El enfoque innovador para el aliviar la pobreza iniciado por el profesor Yunus en aquella pequeña aldea en Bangladesh ha inspirado un movimiento mundial de microcrédito que llega a millones de mujeres pobres de las zonas rurales de Sudáfrica al centro de la ciudad de Chicago.

Dejadme ahora que os de algunos datos.

Los expertos de Oxfam, una confederación internacional de 18 organizaciones sin ánimo de lucro, centradas en el alivio de la pobreza global, han estado estudiando el problema de la creciente concentración de la riqueza. Los datos que han mostrado son tremendos.

En 2010, Oxfam denunció que las 388 personas más ricas del mundo poseían más riqueza que la mitad más pobre de la población mundial, grupo que incluía aproximadamente a 3.300 millones de personas. En aquel momento se consideró una estadística alarmante y como tal se denunció en el mundo entero. Pero desde entonces el problema no ha dejado de agravarse.

En enero de 2017, nuevamente Oxfam anunciaba que el grupo ultraprivilegiado cuya riqueza excede a la de la mitad más pobre de la población mundial ha quedado reducido a ocho personas nada más, a pesar de que los integrantes de la mitad más pobre se han incrementado hasta alcanzar los 3.600 millones, aproximadamente.

Es decir, los ocho hombres más ricos del mundo tienen la misma riqueza que la mitad más pobre del mundo. O dicho de otro modo, que el 1% de los individuos más ricos posee más riqueza que el 99% restante. Los periódicos publicaron las fotografías de estas ocho personas. Se trata de individuos famosos y muy respetados: líderes empresariales de Estados Unidos, como Bill Gates, Warren Buffett y Jeff Bezos, y de otros países, como Amancio Ortega, de España, y Carlos Slim Helú, de México.

Y hay algo importante que el Profesor Yunus resalta en su última obra “Un mundo de 3 ceros” y es que en contra de la creencia popular, los más ricos no son necesariamente unos malvados manipuladores que han amañado el sistema mediante el soborno o la corrupción.

Y es que gran parte de ellos comparten el mismo sentimiento de desasosiego tan extendido en nuestras sociedades por vivir en un mundo drásticamente dividido entre ricos y pobres.

Prueba de ello son las grandes sumas de dinero donadas a causas benéficas, ya sea en forma de donativos individuales a organizaciones sin ánimo de lucro o mediante la constitución de fundaciones filantrópicas. Cada año se entregan cientos de miles de millones de euros a las instituciones benéficas. La mayoría de las corporaciones empresariales dedican también un porcentaje de sus beneficios a proyectos de servicio a la comunidad y donaciones benéficas en pro de la «responsabilidad social».

El problema es que en realidad, el sistema capitalista actual opera en su favor. Así es como está construido el sistema económico que impera en nuestro mundo actual. Y la mayoría apoya tácitamente este sistema. La gente envidia a las personas muy ricas, y enseñamos a nuestros pequeños a que intenten llegar a ser ricos de mayores.

Tal y como denuncia el profesor Yunus en su obra, el crecimiento de la desigualdad ha traído como consecuencia la agitación social, la polarización política y las tensiones crecientes entre distintos grupos de la sociedad. Es algo subyacente en fenómenos tan variados como el movimiento Tea Party y la Primavera Árabe; la aprobación del Brexit en el Reino Unido; la elección de Donald Trump; y el crecimiento del nacionalismo de derechas, el racismo y los grupos que promueven el odio en Europa y Estados Unidos.

Quienes se sienten desheredados y carentes de perspectivas de futuro ven crecer progresivamente su desencanto y su ira.

Por otro lado, el medio ambiente está muy contaminado debido a la mayor dependencia del plástico. El plástico contamina la tierra, las vías fluviales y los océanos y afecta profundamente los medios de vida y la salud sostenibles de todos los seres humanos en la tierra.

Según el profesor Yunus, tanto la concentración de la riqueza como la contaminación plástica son los resultados de la naturaleza egoísta de las empresas bajo el sistema actual del capitalismo.

Los programas benéficos y asistenciales son medidas bienintencionadas para aliviar los daños provocados por el sistema capitalista. Pero para solucionarlos de verdad es necesario cambiar el propio sistema.

El concepto de empresa social promovido por el aquí presente Premio Nobel es una respuesta a estos dos problemas.

Para el, es una empresa que genera ingresos para los pobres o les proporciona productos y servicios esenciales como atención médica, agua potable o energía limpia.

Operan exactamente igual a las compañías normales, excepto por algunas pequeñas diferencias: (1) su principal objetivo es resolver un problema social y (2) a diferencia de una organización benéfica, una Empresa Social genera beneficios y aspira a ser financieramente autosuficiente y sostenible. Eliminar la necesidad de recaudar fondos permite a las empresas sociales reinvertir las ganancias en generar impacto.

Son una nueva modalidad de empresa introducida en el mercado con el objetivo de tener una incidencia positiva y diferencial en el mundo, logrando con su actividad un mayor impacto. Quienes inviertan en esas empresas sociales podrán recuperar sus inversiones, pero no percibirán dividendo alguno. Los beneficios recaerán de nuevo en la empresa para que esta amplíe su actividad y mejore la calidad de su producto o servicio. Las empresas sociales serán, por tanto, negocios sin pérdidas ni dividendos a repartir.

El profesor Yunus, está plenamente convencido, y muchos somos los que compartimos esa visión, de que los jóvenes de todo el mundo (y, en especial los que proceden de los países ricos) se sentirán particularmente atraídos por este concepto de empresa social.

Como mencionaba al principio, refiriéndome a mis estudiantes, son muchos los jóvenes que se sienten actualmente frustrados porque no encuentran retos que les valgan la pena, que los entusiasmen de algún modo. Y precisamente, es con la puesta en marcha de este tipo de empresas sociales con lo que pueden dar respuesta a sus inquietudes a la vez que ayudan a resolver grandes problemas.

Casi todos los problemas sociales y económicos del mundo podrán ser abordados desde las empresas sociales. El reto consiste en innovar en los modelos de negocio y aplicar esas innovaciones a la producción de resultados sociales. Atención sanitaria, servicios financieros, tecnología de la información, educación y formación, marketing, energías renovables… todas para la población pobre, son áreas de máximo interés para las empresas sociales.

Como podéis ya imaginar podría estar horas hablando del maestro pero, como les pasa a mis estudiantes, lo mejor son pocas ideas pero claves y por eso voy a resaltar dos últimas.

Para Yunus, podemos crear un mundo sin pobreza porque quienes la provocan no son las personas pobres, sino que ha sido generada y sostenida por el sistema económico y social que hemos diseñado para nosotros mismos, por las instituciones y los conceptos que conforman ese sistema, y por las políticas que tratamos de aplicar.

La pobreza viene causada por ese fallo en el plano conceptual más que por ninguna supuesta incapacidad de las personas.

Está firmemente convencido de que podemos crear un mundo sin pobreza si creemos colectivamente en él. En un mundo así, el único lugar en el que se podría ver la pobreza sería en los museos. Y cuando la gente los visitara, se horrorizarían de ver la tremenda situación que algunos seres humanos tuvieron que soportar. Como cuando ahora visitamos las Cuevas de Altamira y pensamos “pero cómo se podía vivir así”.

Otro mensaje que me encanta de sus discursos y libros es cuando nos dice que para él, las personas pobres pueden compararse a los bonsáis. Cuando alguien planta la mejor semilla del árbol más alto en una maceta, obtiene una réplica de ese majestuoso árbol, aunque apenas unos centímetros de altura. La semilla plantada puede estar en perfectas condiciones, pero el terreno de base no es el adecuado. Las personas pobres son personas bonsái. A sus semillas no les pasa nada malo. Simplemente, la sociedad nunca les ha dado la base sobre la que crecer. Lo único que se necesita para sacar a esas personas pobres de la pobreza es que creemos un entorno adecuado para ellas. En cuanto puedan dar rienda suelta a su energía y su creatividad, la pobreza desaparecerá con gran rapidez.

Nuevamente la empresa social puede jugar un papel fundamental para que los bonsáis crezcan y lleguen a su máximo desarrollo.

Como establece el ODS 17, unámonos todos, trabajemos en equipo y rememos en el mismo sentido para que todo esto sea posible y de verdad la pobreza quede relegada a los museos.

En resumen, según el Profesor Yunus, es necesario rediseñar el motor económico y este debe constar de tres elementos básicos. En primer lugar, tenemos que adoptar el concepto de empresa social, como una nueva forma de empresa basada en la virtud humana del desinterés. En segundo lugar, tenemos que reemplazar el supuesto de que los seres humanos somos demandantes de empleo por la nueva asunción de que los seres humanos somos emprendedores. En tercer lugar, tenemos que rediseñar en su integridad el sistema financiero para hacer que funcione con eficiencia para quienes ocupan la parte inferior de la escala económica.

Querido profesor, han pasado cuatro años, desde que nos conocimos en Paris, e hiciste que me replanteara mi labor docente e investigadora, y aquí estamos. Durante esta semana hemos disfrutado de un curso de verano, tan intenso como emocionante. Una semana donde más de 70 ponentes, entre ellos numerosas empresas sociales y negocios responsables nos han compartido su experiencia.

Hace un rato hemos firmado la creación de un YSBC junto con la Universidad de Cantabria, mi alma mater, que velará por el crecimiento de las empresas sociales en nuestro entorno, a través de la formación, sensibilización e investigación. Un sueño hecho realidad. Pero ahora comienza lo más difícil dar sentido y contenido a este centro. Un centro que intentará extender de la forma más humilde pero espero que eficaz tu legado.

Desde aquí y ahora, puedo decir que nos comprometemos, me comprometo a que tu sueño sea el de todos nosotros.

Por último, mi más sincero agradecimiento a todos los que han hecho posible que hoy estemos aquí, a las universidades UIMP y la UC, y la Fundación Open Value, en particular a su fundadora María Ángeles León, que ha facilitado este maravillo encuentro y momento. Siempre recordaré el día en el que la Vicerrectora de Difusión e Intercambio Científico de la UIMP, María del Mar García, me daba la oportunidad de hacer este laudatio.

Solo espero haber sido capaz de presentar a una legenda de nuestros tiempos, mostrando nuestro respeto y admiración.

Gracias