estudiantes con espíritu emprendedor

Se buscan estudiantes dispuestos a desarrollar su espíritu emprendedor

Artículo
Autor
Fraternidad-Muprespa

Escuelas, institutos y universidades ven sus cursos pasar sin dar la importancia que merece a la tarea que nos trae hasta aquí: el emprendimiento. Hablamos sobre todo de aquellos futuros profesionales abocados a gestionar su propio negocio, por ejemplo el fisioterapeuta que busca abrir su propia clínica, el dentista que trabajará en su consulta, el abogado que fundará su despacho o el periodista que elegirá ser freelance. Y eso a pesar de lo que estipula el artículo 2 de la LOMLOE: “el sistema educativo debe desarrollar el espíritu emprendedor de los estudiantes”.

De cara a consolidar una formación básica en torno a conceptos como contratos, nóminas, administración o liquidez, sería muy positivo implantar más estudios al respecto, según el Consejo General de Economistas,  algo que evitaría fracasos en etapas tempranas del emprendimiento. En 4º de la ESO, con al menos 15 años, los alumnos tienen la opción de acercarse a las nociones económicas básicas, pero es eso, una opción, una asignatura optativa. Más llamativo es que en las carreras universitarias de los estudios que mencionábamos arriba, y otros muchos similares, no se ofrezcan estos estudios, de una forma mucho más profunda, para alumnos adultos a punto de debutar en la vida laboral, de modo que se pueda anticipar la posible incertidumbre o indefensión, sobre todo en momentos de zozobra económica como los que vivimos.

Estudiantes

Instituciones tan destacadas como el Fondo Monetario Internacional (FMI), el Banco Mundial (BM) o la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) van en la misma línea de fomentar la educación en el emprendimiento, y además hacerlo desarrollando capacidades más técnicas sobre cómo se realizan ciertas transacciones, en lugar de centrarse en enfoques globales o en los comportamientos financieros. 

Las malas notas que obtiene España en emprendimiento y finanzas han quedado reflejadas en PISA, el Programa para la Evaluación Internacional de Estudiantes, ya que nos situamos por debajo del promedio de los países de la OCDE.  

Y a pesar de eso, un 23% de los universitarios, casi uno de cada cuatro, contempla la posibilidad de emprender en el medio o largo plazo tras acabar su formación universitaria.

Con formación en este campo es más pertinente la posibilidad de trabajar en pro de la eliminación de barreras burocráticas, del establecimiento de canales reales y eficaces de financiación o de la consolidación de estímulos fiscales que animen a emprender. Porque en lo que sí estamos por encima de la media es en la duración de los períodos para constituir una empresa. 

Etiquetas