La actividad emprendedora reciente ha alcanzado niveles similares a los preexistentes a la pandemia

La actividad emprendedora reciente ha alcanzado niveles similares a los preexistentes a la pandemia

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Fraternidad-Muprespa

De acuerdo al último informe GEM ESPAÑA 2022-2023, el 6% de la población adulta en España está dando inicio a nuevos proyectos empresariales con menos de tres años y medio de existencia, un porcentaje comparable al registrado en 2019, antes de la crisis sanitaria y la situación en Ucrania. Además, el 9,4% de las personas manifiestan su intención de emprender en los próximos tres años, alcanzando su nivel más alto desde 2012, augurando un crecimiento semejante al experimentado después de la crisis financiera de 2008.

Ocho de cada diez individuos inmersos en el proceso emprendedor sienten que poseen los conocimientos y habilidades necesarios. Más de la mitad tiene conocidos que también están emprendiendo, lo cual puede facilitar el aprendizaje de experiencias previas y la identificación de contactos comerciales. A pesar de la disminución del temor al fracaso después de la crisis sanitaria de 2020, persiste una diferencia, siendo el miedo mayor entre las mujeres. Sin embargo, el 65% de los hombres y el 68% de las mujeres involucrados en el proceso emprendedor lo hacen sin percibir oportunidades claras de negocio.

Aunque la vuelta a la normalidad ha reducido ligeramente el temor al fracaso, los expertos empeoran su evaluación de las condiciones del entorno nacional para emprender. España se sitúa en el último cuartil de países según el índice NECI (National Entrepreneurial Context Index), retrocediendo con respecto a 2021 y distanciándose de otros países europeos de referencia. No obstante, en el mapa que relaciona el índice NECI y el Índice Global de Innovación (GII), España se encuentra en el cuadrante de países con condiciones desfavorables para emprender pero con un nivel medio de innovación, posición similar a la de Italia.

Los expertos del panel nacional del GEM coinciden con sus homólogos europeos en la valoración positiva de la existencia y acceso a infraestructuras físicas y de servicios, así como de la educación emprendedora, considerándolas condiciones propicias para la actividad emprendedora en España. Sin embargo, su evaluación del resto de las condiciones para emprender es inferior a la media de los expertos europeos y también menor que la de los expertos de cada Comunidad Autónoma. La gestión de las condiciones del entorno a nivel local favorece la percepción de mayor eficacia en los programas y medidas.

A pesar de que la actividad emprendedora en España es menor que en otros países, muestra mayor resistencia, con tasas de cierre más bajas en su grupo de referencia. Durante los años de pandemia (2020-2021), España se destacó como uno de los países europeos en los que los emprendedores resistieron mejor el periodo de incertidumbre, manteniendo empresas consolidadas y evitando el cierre de iniciativas emprendedoras. No obstante, se observa una depuración de empresas en la fase de consolidación, con una ligera reducción en el porcentaje de emprendedores a cargo de empresas consolidadas (7%) y un aumento en la tasa de abandono empresarial (2,5%). La población que cierra definitivamente el negocio es del 1,5%, indicando que algunos emprendedores abandonan una actividad para iniciar otra, reflejando una dinámica emprendedora saludable con potencial de crecimiento. Las comunidades autónomas con mayor tamaño y concentración de población se consolidan como entornos más favorables para emprender.

A nivel europeo, España sigue a la cola de sus países de referencia en la tasa de emprendimiento reciente (TEA). Sin embargo, la tasa de cierre de empresas es la más baja de su grupo, consolidando a este país como un entorno favorable para la supervivencia de las iniciativas emprendedoras.