Emprendimiento y merchandising: ¿qué fue antes, la taza serigrafiada o el imán de nevera?

No es la piedra angular del marketing, pero sí una de esas herramientas que siempre funcionan y no se agotan. ¿Por qué? Esa es la clave que vamos a intentar desgranar en este artículo. 

Es evidente que quien nace al mundo empresarial quiere darse a conocer a sus potenciales clientes además de fidelizar a los que ya tiene. Una buena forma de hacerlo es que ese cliente recuerde tus características, por ejemplo, el claim de la empresa y algunas de sus características (“disponibles 24 horas”, “especialistas en servicios de …”, “atendemos urgencias”, “compromiso de entrega en menos de 48 horas”, “proveedor oficial de la marca …”). 

A pesar de parecer manido, calendarios, botes para bolis o pendrives han demostrado ser buenos vehículos para ser recordados. Además, el espectro de objetos “merchandizables” no para de crecer. Un ejemplo perfecto serían las bolsas de algodón que vemos constantemente por la calle, colgadas en hombros de cualquier edad y de cualquier sexo: lo mismo sirven para llevar la compra que para transportar el portátil a la oficina o hacer de envoltorio de regalo. Con la ventaja de que el cliente pasa a ver a la marca como un referente de sostenibilidad, mientras hace de hombre/mujer anuncio, pues se trata de un producto muy visible: con un vistazo cualquiera puede ver el nombre o logo de la empresa que nos lo ha facilitado. 

Y aunque en este portal ponemos el foco en cómo ayudar a los emprendedores, es importante hablar de cómo el merchandising ha supuesto y supone abultadísimos beneficios para marcas consolidadas, tangibles, o intangibles. Vamos a verlo con dos ejemplos. 

Según ResearchAndMarkets, la mayor plataforma mundial de datos e investigación de mercados, la facturación de los artículos con licencia en el sector deportivo alcanzará los 23.800 millones de euros en 2026. Esto supone un aumento medio anual del 3,4%. Ropa y calzado es el segmento líder, pues generará un beneficio de 9.100 millones de euros, un crecimiento medio anual del 4%. Hablamos por ejemplo de todo el merchandising que genera un club de fútbol de primera división. No está nada mal para un sector sin duda de las más potentes que podemos imaginar.  

Otro ejemplo. Hay una entidad que en 2018 tuvo un beneficio record por ventas en tiendas de regalos oficiales, nada más y nada menos que un aumento del 20% con respecto al año anterior. ¿Hubo una nueva estrategia empresarial? ¿una compra? ¿una absorción? ¿una fusión? Pues no, lo que hubo fue una boda. Hablamos de la corona británica, The Firm, como se la conoce en Gran Bretaña si se habla en términos económicos, y del enlace entre el príncipe Harry y Meghan Markle, que supuso un beneficio de 21,7 millones de libras  (25 millones de euros), por la venta de objetos creados ad hoc para el acontecimiento. En breve conoceremos las cifras de ventas relacionadas con el deceso de Isabel II y la coronación de Carlos III. Y todo indica que se pulverizarán los records.  

Los emprendedores suelen moverse en terrenos menos dinámicos económicamente hablando, por eso vamos a repasar los beneficios de contar con este tipo de productos: 

• Mejoran la visibilidad de la marca ya que los clientes pueden usar estos artículos a diario 
• Aumenta la lealtad de los clientes, que se sienten valorados y apreciados cuando reciben un regalo de una empresa, a la que se ven conectados emocionalmente
• Genera reconocimiento de la marca: personalizar artículos hace que los clientes identifiquen fácilmente la marca y la recuerden en el futuro.
• Ayuda a atraer nuevos clientes: en eventos y ferias comerciales, se valora positivamente entregar algo a los visitantes. Se atrae la atención en mayor medida.
• Es una herramienta de marketing económica: bajo coste y distribución fácil convierte hacer estos regalos en algo barato con mucho retorno. 

Y es que no hace falta más que echar un vistazo a lo que tenemos alrededor para reconocer estos productos, pero por si acaso, recopilamos a continuación algunos de los imprescindibles:

• Clásico: objetos tradicionales, como bolígrafos, llaveros, libretas y tazas personalizadas.
• Tecnológico: pendrives, cargadores portátiles, auriculares y altavoces personalizados 
• Textil y moda: camisetas, gorras, mochilas, sudaderas y chaquetas son los más populares. 
• Artículos de oficina:  blocs de notas, carpetas, calendarios, agendas y portafolios 
• Deportivo:  material relacionado con diferentes deportes, o con la práctica deportiva en general, como balones, botellas de agua o fundas para el móvil 
• Alimentario: botellas de vino, cajas de bombones, paquetes de café, latas de conservas, todo ello, personalizado y/o con logo.  

En conclusión, ahora ya sabes por qué tus clientes deberían comenzar a usar productos de  merchandising promocional que les proporciones, intentando siempre consolidar el mejor camino para obtener mejores resultados.