asesores_pandemia_covid

ASESORES: LOS OTROS “HÉROES” DE LA PANDEMIA

Fraternidad-Muprespa
Autor
Jesús Pedroso

«Yo, personalmente, hago lo que debo; lo demás no me atrae, porque
es algo que carece de vida, o de razón, o anda extraviado y desconoce el

camino» Meditaciones de Marco Aurelio, Libro VI,22

asesoria_covid

Durante la pandemia por COVID-19 en España, un colectivo profesional ha despuntado por encima del resto: los profesionales sanitarios, además de otros trabajadores de centros hospitalarios con labores no relacionadas directamente con la salud del paciente (administrativos y personal de limpieza, entre otros).
Los medios de comunicación nos informaban a diario, en una jerga con tintes bélicos, sobre la actividad frenética de estos profesionales “en primera línea de combate”, contra un virus con un índice de morbilidad y mortalidad alarmante, en condiciones de inferioridad y sin las armas suficientes. Después las ciudadanía recordaba, cada día a la misma hora, su sacrificio, homenajeando desde ventanas y balcones, con aplausos y vítores, una gesta sobrehumana que se ha cobrado alrededor de 70 vidas,
con más de 52.000 contagiados entre sus filas -las cifras podrían ser superiores-.

Pero en esta crisis global también ha asomado otro colectivo profesional, con más protagonismo que visibilidad, que ha llevado a cabo un esfuerzo descomunal: los asesores de pymes y autónomos.

Desde que entrara en vigor el Real Decreto 463/2020, de 14 de marzo, declarando el estado de alarma, que ya no se encuentra vigente, los asesores laborales y fiscales se vieron inmersos de la noche a la mañana en una carrera contrarreloj para regularizar la situación administrativa de sus clientes afectados por esta normativa y una coyuntura excepcional de confinamiento, que obligó a muchos negocios a cerrar sus puertas inmediatamente, mientras otros que podían continuar con su actividad veían caer sus ingresos de forma alarmante. Comenzaba así el primer capítulo de la tragedia para comercios de productos no esenciales, locales de hostelería o relacionados con el turismo, de ocio, centros de enseñanza, taxistas,…

Han sido unos meses de duras e interminables jornadas de trabajo, en medio de una vorágine de comunicaciones telemáticas, gestiones infinitas y trámites con la administración. Los nuevos cometidos y otros desempeños no habituales hasta el momento, ante una avalancha de trabajo nunca antes experimentada en estos despachos, han supuesto una auténtica prueba de fuego para abogados, graduados sociales, gestores administrativos y asesores en general, llevando al borde del desmoronamiento físico y psicológico a muchos de ellos y a sus empleados. Así lo han expresado muchos de aquéllos con los que hemos tenido ocasión de dialogar durante este período. La frustración y la impotencia eran el denominador común -los mismos sentimientos presenciados entre los trabajadores sanitarios-, aunque la mayoría ha perseverado en su propósito de sacar adelante el trabajo. «Tengo miedo de no poder dominar la situación, de verme sobrepasada» nos confesaba una asesora.

asesora_mujer_ covid

Con todos los organismos públicos cerrados -SEPE, TGSS, INSS, etc.-, imposibilitando la atención presencial a cualquier ciudadano o empresa, los funcionarios ejerciendo su actividad en trabajo remoto, las líneas de atención telefónica colapsadas, la profusión de normas y cambios de criterios legislativos, la tarea casi diaria de interpretación de las mismas y la adaptación de sus programas informáticos a las nuevas regulaciones se convirtieron en barreras que dificultaron aún más la labor de estos profesionales.

Actividades principales de los asesores en esta fase de confinamiento

Trámite de Expedientes de regulación de temporal de empleo (ERTE) por fuerza mayor en las empresas afectadas por el estado de alarma, bien por suspensión de los contratos laborales de las plantillas o por reducción de la jornada de sus asalariados. Una labor que no ha resultado nada sencilla por las dudas surgidas al principio, por la ingente cifra de gestiones administrativas y por la prórroga ampliada a partir del 1 de julio en el Real Decreto-ley 24/2020, de 26 de junio, de medidas sociales de reactivación del empleo y protección del trabajo autónomo y de competitividad del sector industrial 
Hasta la declaración de la pandemia, esta figura se daba de forma ocasional, aunque se aceleró a finales de 2019 por el temor entre los empresarios con dificultades previas a una reforma laboral. Sus causas podían ser de índole económica, técnica, organizativa y de producción.burocracia_asesores_covid
La casuística actual en estos expedientes por fuerza mayor ha resultado muy diversa, con trabajadores en situación de pluriempleo, otros en pluriactividad, también se daban casos de trabajadores en incapacidad temporal a la fecha de efecto del cierre de las empresas, la mayoría de ellos pasando a la situación de desempleo, con la Inspección de Trabajo y Seguridad Social solicitando documentación y aclaraciones a las solicitudes de expedientes por parte de las asesorías, sin olvidar las exenciones en las cotizaciones a la Seguridad Social para las empresas en ERTE y las medidas de seguridad impuestas a las empresas que reiniciaron su actividad, por citar solo algunas circunstancias.
El retraso en el pago de los ertes/desempleo por parte de la administración, que ha afectado a miles de trabajadores, ha sido otro inconveniente para el normal devenir de la actividad profesional en este colectivo, que ha tenido que atender innumerables llamadas de personas que preguntaban por el estado de su prestación reconocida. 

Solicitud de la Prestación extraordinaria por cese de actividad de autónomos. Aunque se trata de una prestación económica preexistente, en este caso tenía una naturaleza especial y más flexible en cuanto a su concesión. Concesión que se hallaba supeditada a la suspensión total de la actividad del trabajador autónomo o a la reducción de su facturación en, al menos, un 75% en relación con el promedio de facturación del semestre natural anterior a la entrada en vigor del estado de alarma.
No obstante, su solicitud tampoco no estuvo exenta de dudas, dificultades y más gestiones en la interpretación del Real Decreto-ley 8/2020, de 17 de marzo, de medidas urgentes extraordinarias para hacer frente al impacto económico y social del COVID-19 ya que algunos asesores, en un principio, procedieron a tramitar la baja en la Seguridad Social de los destinatarios de esta prestación, e incluso hubo beneficiarios que solicitaban su baja en Hacienda, tramites innecesarios.   
En este caso, la casuística también fue variada; por ejemplo, en el art. 17.10 se establece que los autónomos que tributaban por módulos -“no estén obligados a llevar los libros que acreditan el volumen de actividad”- estaban obligados a acreditar la reducción del 75 % exigida por cualquier medio de prueba admitido en derecho; otros aún no estaban adheridos a ninguna Mutua Colaboradora con la Seguridad Social, por lo que tuvieron que elegir inmediatamente una de estas entidades para poder acceder a la prestación; la pluriactividad; las deudas previas con la TGSS o los códigos erróneos en el CNAE generaron no pocas incidencias.

Legislación relacionada con el estado de alarma. La ingente normativa de la administración central y autonómica durante este período obligó a los asesores a dedicar muchas horas de trabajo a leer el BOE e interpretar decretos que brotaban como hongos para satisfacer los requerimientos y necesidades de sus clientes, legislación que se ha ido modificando, adaptándose a la evolución de la pandemia, a las sucesivas prórrogas del estado de alarma y a las diferentes fases de la desescalada.

burocracia_asesores_covidMuchos asesores, además, han tenido que tramitar solicitudes de préstamos o líneas de avales ICO para sus representados, pymes y autónomos, en entidades financieras que hubieran suscrito previamente con el Instituto de Crédito Oficial un contrato marco para participar en estas ayudas. También se han encargado de las moratorias de hipotecas para locales y oficinas, de los aplazamientos de deudas tributarias hasta 30.000€, de solicitar otras medidas ventajosas y ayudas económicas para sus autónomos y empresas, con todo el trabajo administrativo, “papeleo” y tiempo que estas gestiones conllevan y a ponerse al día sobre ordenanzas municipales relativas a las medidas de seguridad de obligado cumplimiento para la reapertura de negocios.

Si añadimos que todo ello ha coincidido con la campaña de la Renta-2019, que el Ministerio de Hacienda decidió finalmente no retrasar, y que los despachos han tenido que continuar con sus quehaceres habituales, como la declaración trimestral del IVA, confección de nóminas, seguros sociales, altas y bajas de trabajadores, comunicaciones con las mutuas respecto a accidentes de trabajo, incapacidad temporal por contingencias comunes o profesionales y otras prestaciones económicas, las consultas constantes de sus clientes por cualquier medio –móvil, correo electrónico o presencialmente- no podemos sino deducir, en un ejercicio de empatía, que el estrés y un cierto abatimiento deben de haberse apoderado en muchos momentos de gran parte de este colectivo, cuyo esfuerzo no habrá pasado inadvertido para sus respectivos clientes.

Este ha sido el día a día -y continúa siendo, aunque con menos intensidad- en el mundo de las asesorías, que también habrán de administrar su propia desescalada, afrontando a corto plazo una menor facturación, por la pérdida de clientes que se verán obligados a cerrar definitivamente sus negocios o por el descenso en el número de nóminas a confeccionar por el decrecimiento de las plantillas, con la guinda del previsible aumento de la  morosidad, por las dificultades económicas de una parte de sus carteras en los próximos meses.

digitalizacion_asesores_covid

 

Pero como no hay mal que por bien no venga, algunos profesionales del asesoramiento, que se hallaban en pleno proceso de digitalización de su negocio o en una fase inicial de transformación digital de su actividad, se han visto obligados a acelerar esta evolución sobre la marcha, lo que les reportará beneficios en el futuro tras comprobar su eficacia y, en otros casos, a revertir su natural escepticismo hacia las nuevas tecnologías.

Si los sanitarios han sido merecidamente los “héroes mediáticos”, los asesores han interpretado un papel menos arriesgado, pero igualmente necesario, de “héroes silenciosos”. Se dirá que en ambos supuestos han hecho su trabajo, lo que se esperaba de ellos, aseveración que no debe impedir que resaltemos su extenuante dedicación aunque, como afirman los sanitarios, no sean héroes, solo son profesionales en uno y otro caso. Lógicamente, aquellos autónomos y pequeños empresarios que ahora sufren una situación económica y financiera muy precaria hubieran preferido encontrarse en el lugar de uno de estos dos colectivos, a pesar del sobreesfuerzo realizado y la tensión soportada, pero las crisis son así y pocos los que escapan a sus estragos por un motivo u otro.

Como dijo Churchill: «Si estás cruzando un infierno, sigue caminando».

Enhorabuena, asesores.  


Portal del Emprendedor de Fraternidad-Muprespa