AFILIACIÓN A LA SEGURIDAD SOCIAL. CIFRAS PARA COMENZAR EL 2º SEMESTRE DE 2020 CON MÁS SOMBRAS QUE LUCES.

Fraternidad-Muprespa
Autor
Jesús Pedroso

Tenemos que empezar afirmando que cualquier comparativa de indicadores económicos actuales con los de períodos precedentes a la grave situación sanitaria, económica y social que experimentamos hoy solo sirve para evidenciar los efectos que la pandemia están ejerciendo sobre todos los ámbitos de la sociedad. Pero esta comparación y análisis de la evolución de datos y cifras oficiales resulta inevitable para entender las variaciones y predecir, en la medida de lo posible, el futuro a corto y medio plazo.
Afiliación y empleo/desempleo son indicadores que caminan aparentemente unidos, lo que no significa que sus respectivas fluctuaciones se reflejen de modo paralelo. Puede aumentar la afiliación al sistema y, sin embargo, no subir el índice de ocupados porque, a la vez, se haya producido una notable demanda de empleo. También puede bajar la afiliación sin subir la tasa de paro. Todo dependerá de la relación de cifras entre población activa y población ocupada. Tenemos un ejemplo en Extremadura –datos provisionales a finales de julio-, en donde, según el Servicio Extremeño Público de Empleo (SEXPE), la afiliación había subido en 3.954 personas y el paro solo descendió en 2.551. Pero el escenario ideal sigue siendo aquel en el que la inscripción de trabajadores en el sistema aumenta mensualmente, o lo hace la media anual, durante largos períodos de tiempo, una tendencia indispensable como base del crecimiento económico y, por tanto, del progreso.

Afiliación total al sistema. Ya instalados en el segundo semestre de 2020, con datos actualizados a 10 de agosto, se ha cerrado el mes de julio con 18.673.847 trabajadores afiliados al sistema de la Seguridad Social en todos los regímenes (general, autónomos, minería del carbón y trabajadores del mar), lo que supone un descenso de 616.496 afiliados en la tasa interanual (-3,2%), sin contabilizar los trabajadores por cuenta ajena afectados por un ERTE ni los autónomos que se encuentran percibiendo la prestación afiliacion_grafico-julio_2020extraordinaria por cese de actividad (CATA), ambos colectivos considerados afiliados a todos los efectos. A 31 de julio se encontraban en situación de ERTE más de 1,1 millones de trabajadores, lo que representa el 7,8% del Régimen General.

Sin embargo, en la variación junio/julio, el dato es positivo, con 189.577 afiliados más. Los hombres han incrementado las afiliaciones de 9.976.024 a 10.070.259 (+0,9%) y las mujeres lo han hecho de 8.508.237 a 8.603.578 (+1,1%), sin duda una buena noticia, por escasa que sea la diferencia porcentual, en lo referente a la brecha de género en afiliación. En esta última información se da un desfase infinitesimal al no constar en los registros el género de unas pocas personas (por si a alguien se le ocurre sumar y comparar las cifras).

Con respecto al mes anterior al estado de alarma -febrero 2020- la cifra nos indica que hay 605.568 afiliados menos. La debacle del sector turístico, entre otros, no ha ayudado mucho en la recuperación, a pesar del incremento citado de afiliados en julio respecto a junio. Un sector en el que se han visto especialmente afectadas las dos comunidades insulares y Cataluña, con un gran peso específico sobre el PIB de estos territorios.

La media de afiliación al sistema en 2019 fue de 19,2 millones, mientras que en estos primeros siete meses de 2020 la media se sitúa en 18,7 millones, un número que lógicamente descenderá, según todas las previsiones, en los próximos meses tras la finalización de la campaña turística y la incertidumbre que está provocando el descenso de la demanda de bienes y servicios por parte de la población.

En esta línea, el informe Aspectos económicos de la crisis del Covid-19, recientemente publicado por la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (FEDEA), prevé una «avalancha de quiebras y reestructuraciones empresariales que se producirá en los próximos meses».

Para FEDEA, la tasa de paro efectiva es del 22% (población activa que no está trabajando, independientemente de la causa), entendiéndose esta como la suma del paro registrado más los afectados por un ERTE y los autónomos beneficiarios del CATA.

Concentrándonos en los Sistemas Especiales del Régimen General, para un total de 14.304.027 afiliados a 31 de julio, cabe destacar:

  • Agrario: desde que alcanzara su pico máximo en el pasado mayo sigue cayendo la afiliación, siendo julio el único mes en el que ha bajado de los 700.000 trabajadores afiliados.
  • Empleados del hogar: continúa en caída libre y ya es julio el peor mes en afiliaciones de este colectivo desde el año 2012, con algo más de 372.000 a finales de mes, sospechándose que se está dando un aumento del empleo irregular.autonomos_afiliados_julio_2020

Autónomos. La cifra de afiliados a 31 de julio era de 3.258.192 con un descenso de 4.431 autónomos en la tasa interanual, un cifra engañosamente insignificante por lo que ya hemos comentado sobre los beneficiarios del CATA, a lo que hay que añadir las pesimistas expectativas en muchas de sus actividades (posibles cierres de negocios, menor contratación de asalariados, descenso en la facturación y mayor reticencia a embarcarse en una aventura emprendedora), que están aguantando a duras penas una situación económica que, de alargarse en el tiempo, puede dar al traste con un gran número de proyectos.

En la totalidad de las CCAA, así como en Ceuta y Melilla, ha crecido la afiliación al sistema, teniendo en cuenta todos los regímenes, en el intervalo del final del primer semestre del año al segundo, aunque de manera poco significativa. Cataluña (3.330.662), Madrid (3.115.808) y Andalucía (2.995.612) siguen a la cabeza en número de afiliados.
Observando el cuadro atentamente comprobamos que únicamente tres comunidades han superado en julio las cifras anteriores a la declaración del estado de alarma en febrero de este año, aunque no reflejen la dura realidad. Una de ellas es Extremadura, gracias a sus sectores de servicios, energía y agroindustria; otra es Baleares, activada por el sector turístico, aunque en este territorio insular en julio de 2019 se contaba con casi 80.000 afiliados más, signo inequívoco del momento tan difícil que está sufriendo este sector en las islas, y la tercera es Cantabria, una sorpresa, ya que no se debe ni a la agricultura o a la ganadería (no llegan a 900 los afiliados en el sistema especial agrario), ni por sus trabajadores del mar (con menos de 1.500), aunque cuentan con más de 40.000 autónomos, así que suponemos que el turismo y los servicios habrán tenido algo que ver. Un reciente titular de elEconomista.es así lo indicaba: «
El mes que Cantabria dobló en turistas a Canarias desvela la recuperación asimétrica que afronta España»Además, los cántabros llevan los últimos cuatro meses seguidos subiendo la afiliación, igual que los baleares, aunque realmente los insulares llevan cinco meses continuados de subidas, pero con graves complicaciones por su casi exclusiva dependencia de este sector y por no cumplirse las expectativas mínimas previstas ni con el turismo nacional. 

afiliacion_ccaa_julio_2020

Por sectores, solo el agrario ha decrecido en afiliaciones, una vez finalizadas las campañas del campo que más contrataciones realiza, mientras construcción, industria y servicios han crecido ligeramente.

sectores_afiliacion_julio_2020

Por actividades específicas relacionadas en la Clasificación Nacional de Actividades Económicas (CNAE), el comercio al por menor es líder destacado en trabajadores inscritos, seguido por los servicios de comidas y bebidas y las actividades sanitarias. Entre las primeras divisiones del ranking destaca la bajada sufrida en el mes de julio en el número de afiliados en la agricultura, ganadería y caza, coincidiendo con lo comentado en el anterior apartado sobre los sectores. En la actividad educativa viene resultando habitual ese descenso en el período estival por motivos evidentes.

afiliacion_cnae_julio_2020

La conclusión a la que llegamos es que el rebote en afiliaciones y ocupación en el inicio de este segundo semestre resulta insuficiente para garantizar una recuperación a corto plazo. La vuelta a la normalidad se hará esperar y solo veremos la luz al final del túnel cuando se logre erradicar el Covid-19 y la incertidumbre que genera sobre los mercados. Una presencia maligna que ya dura más de lo previsto desde que se alcanzó el pico de contagios en muchos países y comenzaron las desescaladas con un optimismo que en el presente se está tornando en desesperación ante un devenir incierto.

De momento, los expertos y los titulares de los medios hablan de "lento repunte", "la economía no despega", "la recuperación económica, amenazada", "se enfría la demanda", "desconfianza", "complicaciones", "se requiere más gasto público", "desplome", "¿hemos tocado fondo?", "lo peor está aún por llegar", "tardaremos años en recuperar lo perdido"...pero la esperanza es lo último que debemos perder.


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